¡GRACIAS, MANOLO!

Manolo, ¿sí? Manolo, ¿no? Con las buenas personas que llevan al Espanyol en el corazón y, además, son profesionales honestos y trabajadores, no tengo ninguna duda: Siempre en mi equipo. 

No obstante, para bien o para mal, en futbol profesional los valores antes mencionados no son sino un plus que resulta insuficiente si los resultados no acompañan. Y el Espanyol de Manolo, como el de Ramis, Luís García o Diego Martínez, no funciona y la trituradora de entrenadores que rige la nefasta época Rastar, ya se ha puesto nuevamente en marcha. 

El fantasma de un tercer descenso en cinco años sobrevuela el nido de Chen, mientras Mao se dedica a decir imbecilidades y Garagarza, el engañabobos más grande que ha pasado por el Club en muchísimo tiempo, sigue engrasando el fusil de eludir responsabilidades. No son los únicos responsables de esta pesadilla, pero sí los principales. 

Comparto la opinión de quien dice que el actual RCD ESPANYOL se basa en un presidente que parece un autómata de la colección de Pablo Ornaque, un hijo que tiene máximo poder en Rastar Group pero nadie ha visto y unos directivos culés sin preparación, ni escrúpulos. A ellos, también añado a algunos altos cargos que anteponen el sueldo, al corazón perico que se les supone. Así estamos y, si una venta inmediata del Club no lo remedia, así seguiremos: Desbocados sin frenos hacia el abismo, mientras Mao siga siendo el CEO del Club y Adolf Rousaud su abogado asesor. 

Manolo González está nervioso, desbordado por la situación y atenazado por la desesperante falta de calidad de sus jugadores. Lógico. El equipo es cada temporada peor y el Club se niega a invertir un solo euro en refuerzos. Sus últimas ruedas de prensa demuestran que siente la presión de la soga en el cuello, y no parece capaz de activar a unos jugadores que, salvo excepciones, no merecen llevar la camiseta RCDE. 

En estas circunstancias, creo que Manolo debe ser cesado. El Espanyol está deportivamente muy enfermo y necesita ser intervenido quirúrgicamente de urgencia. La situación apunta a crítica y, agotados los padrenuestros, no está de más pedir una segunda opinión. ¿Sergio? ¿Pacheta? ¿Jürgen Klopp? ¡Qué más da! Venga quien venga, poco podrá hacer. 

Los resultados mandan y cuando las cosas van mal el primero en caer es el entrenador, aunque los causantes del problema sigan perpetrados en su cargo. Es la ley del futbol. La misma ley que destituirá a Manolo González en el próximo parón navideño, aunque muchos pensemos que no hay buen cirujano si no tiene bisturí.

¡Gracias, Manolo!

Manolo González

Angel Bergadá, 10 diciembre 2024