LA AFICIÓN TIENE RAZÓN
Dicen que el corazón tiene razones que la razón no entiende. Esa podría ser la explicación a la acertada decisión de cesar a Luís Miguel Ramis como entrenador del Espanyol.
No es
habitual destituir a un entrenador que tiene a su equipo tercero de la tabla y
a un solo punto del ascenso directo. Es imposible que alguien de fuera lo pueda
entender, y seguramente así lo veía también una directiva más ocupada en
ahorrar dinero, que preocupada por la imagen del equipo, jornada tras jornada.
La afición,
sin duda lo mejor del RCD Espanyol, lo tenía claro. Donde la directiva consideraba
aceptable estar a un punto del ascenso directo, la afición veía que a su equipo
le separaba solo uno de la sexta posición que marca el límite del play off,
y no hacer nada era exponer peligrosamente al Club a una ruleta rusa con
posible final trágico. El clamor popular, una vez más, ha sacado al Club del
charco.
Nada garantiza que con Manolo González se consiga el ascenso directo, pero su nombramiento ha supuesto una inyección de ánimo para los aficionados pericos, y es de esperar que corte la espiral negativa del equipo. Veremos qué tal se adapta a una categoría nueva y como gestiona la presión que, sin duda, deberá soportar en esas 12 jornadas que le quedan para certificar el ascenso. Lo que parece seguro es que, con Manolo se acabó ese absurdo miedo de Ramis que atenazaba a los jugadores, y tenía a muchos aficionados al borde del abandono.
Manolo
González es un hombre humilde, trabajador, sencillo, que mira a los ojos cuando
te habla y te estrecha la mano con firmeza. Profesionalmente es un técnico ambicioso,
inconformista, ganador y con un discurso claro y reconocible, como el futbol que practican
sus equipos. Un gallego afincado en Catalunya desde hace mucho tiempo, y perico
de corazón. Un currante del futbol que trabajó como conductor de autobuses para
llegar a fin de mes, y que valora como nadie lo que supone entrenar a un equipo
de la categoría del RCD Espanyol de Barcelona. Nadie le ha regalado nada. Sus
aciertos tácticos al frente del filial, le han llevado al primer equipo. Está
ante la oportunidad de su vida, y sabrá aprovecharla.
Esta
decisión debió haberse tomado antes, pero nunca es tarde si la dicha es buena.
Garagarza, siempre parapetado en su bunker del silencio, se precipitó con Luís
García y se equivocó con Ramis, pero ha sido lo suficientemente inteligente como
para no mantener el error, ni arriesgar su cargo, consciente de que era el siguiente en estar en el punto de mira de la afición. Así que, borrón, cuenta nueva
y todos unidos para lograr el ascenso directo.
No nos
engañemos, ha sido el “Ramis vete ya” de una afición harta de ver a los
jugadores mancillando su camiseta por esos campos Hypermotion, lo que
ha llevado a la directiva a tomar esa decisión. Mao, Garagarza y otros
empleados que están de paso en el Club y siguen sin querer enterarse de que va el Sentimiento RCDE, han recibido una masterclass del socio para que entiendan de una vez lo que realmente es el Espanyol: Un Club grande,
que quiere ser más grande, con una afición de lujo que no se conforma con
empatar en Segunda. ¡Basta ya de discursos mediocres! ¡Basta de confundir
ambición con prepotencia! ¡Basta de remos, barros y mensajes que empequeñecen
al Club! La afición quiere orgullo, dignidad, valores, respeto al escudo y
competir con pundonor en los mejores campos de España, porqué ahí está el
verdadero sitio del RCD Espanyol. Que la lección del aficionado no caiga
en saco roto.
Manolo
González debe desencorsetar a la plantilla y sacar lo mejor de unos jugadores
que tienen la obligación de devolver al RCDE a Primera. Unos profesionales que,
ahora ya sin excusas, deben jugar como se supone que saben hacerlo y justificar
el generoso sueldo que cobran.
Felicidades Espanyol por la decisión y felicidades pericos por la presión. La afición tiene razones que la directiva no entiende.
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(Foto La Grada) |
Angel
Bergadà, 13 de marzo 2024
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