NO ES VUESTRA FIESTA
El perico está de fiesta. Poco motivo de celebración debería ser ganar en Ipurúa en el minuto 98, después de hora y media de juego ramplón, sin rumbo, ni ideas, pero no estamos para exquisiteces y nuestra salud nos pedía respirar hondo. Sabemos que las alegrías duran muy poco en casa del pobre y, cuando llegan, lo hacen en cuentagotas que se evaporan con rapidez. Por eso, ahora le damos categoría de extraordinario a algo que debería ser normal: Ganar al Eibar.
Necesitábamos
celebrar algo. Necesitábamos salir de esta permanente situación de angustia y corazón
encogido, desde que Chen le dijo a Mao que tururú y que su juguetito ya no le
gustaba. Sin embargo, con buen criterio, ningún aficionado lanza las campanas
al vuelo. Después de 28 partidos ha visto a su Espanyol jugar con más pena que
gloria y ser vapuleado por varios rivales claramente inferiores. El perico no las
tiene todas consigo, pero lo celebra siendo consciente que la actual segunda
posición que ostenta en la tabla, responde más a la irregularidad y bajo nivel
general de la Hypermotion 2023-24 que a méritos propios. El juego en el césped y
las burdas excusas de sus dirigentes para justificar su desafortunadísima gestión,
hacen que el perico no descartarte que este purgatorio pueda acabar en infierno.
Pero hubo milagro en Eibar. Se ganó. El perico está contento y, al menos hasta
el próximo partido, así seguirá.
Celebramos
el puñetazo en la mesa que supone la forma como se consiguió la victoria: A la
heroica, creyendo hasta el final y luchando la última jugada como si la vida
nos fuese en ella. ¡Porqué nos iba en ella! Quiero creer que nuestros jugadores
tienen mucha más calidad que la que demuestran en campo contrario, muy
probablemente por una fragilidad mental que les tiene atenazados. Pienso que la
plantilla está desorientada ante el mensaje de un míster miedoso que, con sus
planteamientos de patadón y tente tieso, les da a entender que mejor una ceja
abierta para defender un córner, que un planteamiento ordenado en defensa, una
disposición táctica para intimidar al rival, unos mecanismos automatizados, unas
transiciones y coberturas con criterio y una mayor producción futbolística en
medio campo, para no fiarlo todo en el acierto de un jugador que marca diferencias
en la categoría como Martin Braithwaite.
Deseamos que
la victoria épica en Ipurúa sea el definitivo punto de inflexión, y el fin de
la losa mental que impide a los jugadores jugar como la mayoría de ellos saben
y pueden. La explosión de júbilo y alivio en la celebración del gol…Lazo, por parte de todos los jugadores,
incluyendo los del banquillo que saltaron al campo, así lo hace pensar.
Es la fiesta de los aficionados que lo vimos por TV y la de los héroes que lo vieron in situ. Una fiesta a la que, por supuesto, Chen, Mao, Garagarza, Ramis y otros que están de paso en un Club que no conocen, ni sienten, no estáis invitados. Es una fiesta perica y vosotros no sois de los nuestros. No la merecéis. No es vuestra fiesta.
Angel
Bergadà, 26 febrero 2024
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